Del estómago al supermercado: así afecta la intolerancia a la lactosa

Dolores de barriga, flatulencias o diarreas son algunos de los síntomas que sufren los intolerantes a la lactosa; supermercados como Carrefour abogan por su inclusión alimenticia

Laura Illán Menárguez
8 min readApr 21, 2021

Un 34% de la población española padece intolerancia a la lactosa. La mitad, es decir, el 17% tiene un diagnóstico médico concreto, según explica Oriol Sans, presidente de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa (ADILAC). En cambio, la otra mitad no tiene una evaluación médica que acredite esta enfermedad. Estas personas no cambian sus hábitos alimenticios y eso acarrea problemas a largo plazo; estas dificultades por alteración del estómago pueden perjudicar a otros organismos o sistemas de nuestro cuerpo.“No es un tema menor, el sistema digestivo es el motor del resto de sistemas corporales y hay que darle la importancia que tiene” recalca Sans.

La intolerancia a la lactosa

Productos lácteos que pueden afectar al sistema digestivo de las personas que padecen una insuficiencia de lactasa. | Nerea López Martínez

A menudo, cuando se hace la compra, hay productos que contienen la etiqueta “sin lactosa”. Además, amigos o familiares dicen: ‘No puedo comer este postre porque soy intolerante a la lactosa’. Pero, ¿realmente se conocen los detalles de esta enfermedad?

Según Marta Beltrá, profesora e investigadora de Nutrición y Bromatología en la UMH, la lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos y cotidianos como el queso o el helado. El cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa. Por eso, cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima, el cuerpo actúa y genera esta intolerancia.

“No es un tema menor, el sistema digestivo es el motor del resto de sistemas corporales y hay que darle la importancia que tiene”, recalca Sans

¿Qué sucede si el organismo no puede absorber la lactosa? Según Beltrá, “si ingerimos lactosa siendo intolerantes se pueden sufrir síntomas como flatulencias, diarreas, hinchazón, dolor de barriga, espasmos o vómitos”. “Esto es debido a que el intestino grueso no tolera ese azúcar”, añade.

Una intolerancia en aumento

Oriol Sans, paciente diagnosticado de intolerancia a la lactosa afirma que “actualmente la intolerancia a la lactosa se ha puesto en evidencia pero existe desde siempre”. Por ello, entre el año 1999 y 2000 crea ADILAC por una necesidad: “Esta asociación nace con el fin de buscar, recopilar y ordenar información de personas que somos intolerantes a la lactosa”.

Según explica el presidente de ADILAC, la intolerancia a la lactosa siempre ha existido, pero ahora se identifica con más facilidad. En España, los datos aparecen desde los años 50, pero los avances en sanidad contribuyen a que haya más diagnósticos, más conocimientos y divulgación. A eso se suma que los médicos saben más de esta enfermedad que tanto varía en función del paciente.

Y ahora que hay más conocimiento sobre esta intolerancia, ¿tienen más facilidades para ir a hacer la compra? España es un país pionero en este sector alimenticio, ya que se encuentra gran variedad de productos sin lactosa cuando se va a un supermercado si se compara con otros países europeos. A pesar de esta evolución, según estudios de ADILAC, en España estos alimentos pueden costar incluso un 30% más caros.

Brick de leche interactivo. | Nerea López Martínez

Sin embargo, esta diferencia de precios no es un problema equitativo al que sufren los intolerantes a la lactosa en el resto de Europa. La oferta de productos en países como Bélgica, Francia o Reino Unido es escasa en comparación con España, según manifiesta el Presidente de ADILAC a partir de su experiencia personal. “En los últimos 15 años, la situación en España ha evolucionado pero queda mucho camino por delante. Estamos muy lejos de EEUU”, afirma Oriol.

¿Qué ofrecen los supermercados?

Para interactuar con el mapa de coropletas, haz click aquí

En Alicante hay 98 supermercados — tanto grandes superficies como tiendas de ultramarinos — repartidos por los 43 barrios que componen la ciudad. Mercadona, la empresa que más factura en España según la Comisión Nacional del Mercado de Valores, dispone de 17 supermercados en la ciudad. En cambio, Lidl y Spar — antiguo masymas — alcanzan únicamente 4 y 8 establecimientos.

Según los datos extraídos, Mercadona es el supermercado líder en Alicante. Sin embargo, es la empresa que ofrece una menor cantidad de productos sin lactosa.

Spar y Lidl ofrecen más de un centenar de productos aptos para intolerantes. En cambio, Carrefour y El Corte Inglés son los establecimientos que más variedad ofrecen, ya que alcanzan hasta los 800 alimentos.

¿Salud o negocio?

En 2005, tuvo lugar el lanzamiento de la primera leche sin lactosa del mercado, según el periódico Economía Digital Galicia. Kaiku Corporación Alimentaria fue la pionera en comercializar este producto. Hace 14 años, era la única marca que ofrecía alimentos para las personas con insuficiencia de lactasa. Actualmente, esto ha cambiado por completo; el número de empresas que ofrecen este tipo de alimentos ha crecido de forma abismal.

Pero este incremento, ¿por qué ha tenido lugar? ¿Para favorecer a las personas intolerantes o es puro negocio? Marta Beltrá declara: “Hay un aumento de personas intolerantes, pero por este aumento no hay mayor oferta en los supermercados, es justo al contrario. Lo que está pasando es que las marcas alimentarias han comercializado la leche sin lactosa con un precio superior; tú y yo la consumimos y ellos obtienen mayor ganancia”.

Campaña publicitaria de productos sin lactosa de la empresa alimentaria Kaiku. Hace apología de la necesidad de adquirir este tipo de alimentos para no tener problemas digestivos y vender más. | YouTube

Como investigadora, Beltrá recalca que “las empresas aumentan la necesidad de las personas con esta leche sin lactosa y promocionan que te vas a sentir mejor cuando en realidad no es verdad”.

Marta Beltrá, bromatóloga: “Hay un aumento en la oferta de productos sin lactosa porque los supermercados obtienen mayor ganancia”

Experimento social

Para ejemplificar todos los datos expuestos anteriormente, se ha realizado un experimento social.

Es una prueba con la que cualquier persona que sufre la intolerancia puede sentirse identificada y, a su vez, alguien que no sufre el problema tiene la posibilidad de ponerse en la piel de un intolerante de la lactosa y empatizar con el mismo.

El experimento consiste en la realización de una lista de la compra común para dos personas: una que sufre intolerancia a la lactosa y otra que no.

La lista de la compra se compone de elementos básicos para la alimentación común que cualquier persona consume en su día a día. Esta lista de la compra es la siguiente: leche, pan, cereales, pasta, algo de proteína (carne) y elementos lácteos.

Una persona intolerante a la lactosa, Bryan García y otra sin ningún tipo de intolerancia alimenticia, Pedro García llenaron el carro de la compra a partir de la lista mencionada.

Una vez hecha, se contabilizó el tiempo de realización así como el recuento de productos obtenidos y el precio total de la compra.

El resultado fue el siguiente:

Como se puede comprobar con la contabilización y visualización del experimento, una persona con intolerancia a la lactosa, en este caso Bryan, puede tardar hasta cinco minutos más en realizar la compra. Este hecho se debe a la búsqueda más exhaustiva que tiene que hacer para encontrar productos o leer las etiquetas de los alimentos para no perjudicarse al ingerir lactosa.

A su vez, no consigue completar la lista, dejando fuera de su dieta alimentos. Muchos de ellos, si no leemos la etiqueta, pensamos que pueden ser consumidos por cualquier persona pero no es así, algo que puede ser perjudicial para los intolerantes tanto a corto como a largo plazo.

Además, Bryan, intolerante a la lactosa, a pesar de no haber podido completar la lista, y por tanto, llevarse a casa menos productos que Pedro, paga prácticamente el mismo importe cuando llega a caja. Se ahorra un euro aunque lleve tres productos menos.

Al leer este experimento, cinco minutos de más haciendo la compra, tres productos menos que no puedes adquirir o 1€ parecen datos insignificantes. Si este experimento se alarga en el tiempo, son limitaciones, tiempo y dinero que pierden por el hecho de tener una enfermedad como esta.

Las personas intolerantes a la lactosa se ven limitadas en algo tan cotidiano como hacer la compra o comer en un resturante. Dificultades que con el paso del tiempo se van reduciendo gracias a la oferta de productos.

Por Nerea López y Laura Illán

METODOLOGÍA

Para la obtención de datos

En primer lugar, hicimos una selección de los principales supermercados en la ciudad de Alicante: Lidl, Mercadona, Carrefour, Spar, Consum y El Corte Inglés. Una vez analizada la posibilidad de obtener todos los productos sin lactosa a través de su página web, procedimos a extraer todos los alimentos a partir de “Web Scraper”.

Tras solucionar algunos problemas de extracción, ordenamos y limpiamos toda la base de datos.

En segundo lugar, con la ayuda de un compañero de 4º del grado en Periodismo, Quique Ribera comenzamos a extraer la cantidad y coordenadas de todos los supermercados en Alicante. Esta extracción fue a partir de los programas “Overpass Turbo” y “Open Street Map”. Los programas facilitaron la tarea de localizar los supermercados, a pesar de ello, realizamos diversas supervisiones en la base de datos con el fin de actualizar y situar correctamente los supermercados abiertos en 2021.

Para enriquecer el reportaje con información relevante y veraz hemos contado con las voces de Oriol Sans, presidente de la Asociación de Intolerantes a la Lactosa y Marta Beltrá, profesora de Nutrición y Bromatología en la UMH.

Para conseguir la participación de Oriol Sans nos pusimos en contacto con la asociación que él mismo dirige, nos remitieron su contacto y realizamos la entrevista vía telefónica.

Al realizar la entrevista a Oriol, empatizó con el caso de intolerancia a la lactosa de una de las realizadoras de este reportaje y nos envió su libro, La vida láctea, para que obtener información, consejos nutricionales y curiosidades acerca del tema.

Marta Beltrá no era la persona que teníamos en mente desde el primer momento. Queríamos una fuente fiable en cuanto a nutrición y por ello, nos pusimos en contacto con Enrique Roche Collado, profesor de Nutrición y Bromatología también en la UMH. Como hemos contado con él para la realización de varios trabajos de este año y anteriores, nos recomendó a Marta Beltrá como una fuente fiable de información y realizamos la entrevista vía meet.

Además, hemos complementado con información del Libro Blanco de nutrición española (un pdf de 600 páginas). De este libro hemos obtenido documentación, datos e información que ha completado los detalles del reportaje.

Para terminar, hemos utilizado a modo de fuente documental el periódico digital Economía Digital Galicia para documentarnos sobre el tema tratado en mayor profundidad.

Para la creación de los gráficos e infografías:

Para elaborar la infografía del brick de leche, realizamos un diseño propio y original en Photoshop. Después para dotarle de interactividad usamos “Genially”, un programa que permite incluir animación en una imagen con el fin de hacer más amena y clara la información que damos: la diferencia de compra entre un brick de leche normal y uno sin lactosa.

El mapa se elaboró en Python, a partir de todos los datos mencionados anteriormente, además de los datos extraídos para desarrollar las formas geométricas de todos los barrios de Alicante con la ayuda de Quique Ribera.

Por último, realizamos un gráfico de columnas con la aplicación “Flourish” para reflejar la oferta de productos sin lactosa de cada uno de los supermercados analizados.

--

--